jueves, 29 de mayo de 2014

Compañeros de viaje


Durante los últimos 3 meses no he parado, me he recorrido media España y no paro de hablar por teléfono a todas horas, candidatos, periodistas, propietarios de locales, proveedores, constructoras, consultoras ……. Estamos muy contentos con la acogida que ha tenido nuestra aventura para crecer vía franquicia, para incorporar más gente al universo vilaluano. 

Me sorprende la disparidad de lugares desde las que nos llegan solicitudes de información, ya sabíamos cuando nos metimos en esto que el pulpo era la 2º tapa más valorada por los españoles, y que estaba presente por toda España, pero la verdad es que ver llegar las peticiones desde tantos sitios impresiona por un lado y enorgullece por otro. Galicia, y nuestra cocina está en una posición privilegiada en la mente de muchísima gente, verlo, comprarlo directamente es tremendo.

Poco a poco vamos también gestionando mejor nuestros miedos, el miedo a compartir Vilalúa, a embarcar a nuevas personas el proyecto para que lo hagan crecer y defiendas la marca y todo lo que hay detrás de ella cómo lo hacemos nosotros. En estos contactos, veo que nuestro mensaje ha calado, la autenticidad, la calidad y la honestidad en la relación con el cliente son valores que se valoran y que la gente identifica claramente cómo palancas para el éxito, nos ha quitado un peso enorme de encima ver que la gran parte de los candidatos a vilaluanos tienen claro estos valores, y apuestan por mantener el nivel de exigencia al máximo. 

La verdad, es que es un proyecto que me atrapa y me roba todas las horas disponibles, en nuestro caso el know how, la transmisión del know how de la  que siempre se habla cuando se trata el tema de franquicias, en nuestro caso es tremendo. Es transmitir todos los secretos que hemos acumulado en estos últimos cuatro años, los secretos de un oficio con tradición centenaria, el contar y trabajar sobre todos los procesos que hemos desarrollado en incontables horas de trabajo en los últimos años, para conseguir que se puede disfrutar en cada Vilalúa de los mejores productos gallegos, en perfecto estado. El proceso es tremendo, desde la documentación, pasando por la transmisión, las reuniones, la preparación de los cursos formativos, es bestial en cuanto a intensidad, porque revives de manera condensada lo vivido en estos últimos 4 años. 

El proceso ya está en marcha, próximamente empezaremos a incorporar nuevos compañeros de viajes. Gente que cómo nosotros cree en Vilalúa, y se compromete con el proyecto apostando con su trabajo y su dinero. La responsabilidad es enorme, ya que tenemos que velar por la salud de nuestra criatura, cuidando de ella cada día, y tenemos que ayudar también a nuestros nuevos compañeros para hacer de esto algo grande.

No quiero dejar sin mención a todos aquellos de vosotros para los que no ha sido posible incorporaros al proyecto en estos momentos. Son muchas las solicitudes de información que están entrando, y ya van unas cuantas que no han llegado a buen puerto. Carencias en cuanto a localización, en cuanto a experiencia, en cuantos a capacidad son las que en la mayor parte de las veces nos llevan a decir que NO. 

Es un no que nos duele pero esperamos que en algún momento de nuestra andadura podamos recuperar el contacto y no estar ante esas pegas que nos han impedido avanzar ahora. Fastidia mucho decir NO, cuando se tiene lo fundamental que es creer en Vilalua, creer en el proyecto.

Aún así, tenemos que decir que no, porque estamos obligados a ser muy estrictos a la hora de seleccionar nuestras próximas aperturas. Ha costado mucho el conseguir desarrollar el concepto de Vilalúa, así que ahora no podemos fallar a la hora de seguir creciendo, seguiremos siendo muy exigentes con las localizaciones y con vosotros, nuestros compañeros de viaje porque necesitamos un equipo de 10 desde el primer momento.

De todos modos, confío en que con muchos de vosotros nos reencontraremos cuando se hayan solucionado algunas de las carencias, y podremos hacer grandes cosas juntos. Gracias a todos


Ahora solo nos queda seguir trabajando a tope y disfrutando de este proceso mágico.

martes, 20 de mayo de 2014

No todo vale



Ayer pudimos leer en prensa este artículo.

Este es el titular:

"La mala alimentación es peor para la salud mundial que el tabaco"



En el artículo se habla de que ya se están evidenciando los efectos en la salud de la mala alimentación, sobre todo en EEUU.

Como ya hemos comentado por aquí muchas veces, la gran industria alimentaria está embarcada en una tarea de dar de comer a la humanidad, a coste muy bajo, con alimentos sabrosos, para ello se trabaja con alimentos cada vez de peor calidad, tratados de manera industrial para darles un buen sabor y un buen aspecto. 

El resultado de esto, se está empezando a ver. Aumento del sobrepeso, aumento de la obesidad infantil y consecuencias en la salud cardiovascular de amplios segmentos de la población. 

Y no solo eso, si perdemos nuestra conexión con la comida, si dejamos de conocer de dónde procede lo que comemos, si nos olvidamos de las temporadas, si desconocemos las diferentes especies estaremos perdiendo cultura, estaremos perdiendo parte de nuestra identidad.

En Vilalúa, nuestro objetivo cada día es el de mantener viva esa conexión. Trabajar para que se sepa qué es lo que estás comiendo, de dónde procede, tratar los productos lo imprescindible para respetarlos, y con ello conseguir a nuestra escala mantener una forma de vivir y de trabajar. Permitir que explotaciones pequeñas puedan seguir produciendo alimentos de calidad, y que encuentren una salida en el mercado. Divulgar los productos, sus características, sus temporadas, los matices en su sabor .....

En definitiva, mantener abierta una línea de comunicación directa con nuestra tierra, con nuestro mar. Y de paso, mantenernos sanos, haciendo uso de la sabiduría de siglos preparando nuestros productos gallegos. 

Ahora que estamos embarcados en el proyecto de hacer de Vilalua algo grande en España, estamos convencidos de que tenemos que trasladar este mensaje. Es posible comer alimentos buenos, tratados con respeto, diciendo la verdad acerca de su origen, valorando la profesionalidad y sabiduría de los pequeños productores. Entre todos, conseguiremos que este mensaje cada día suene un poco más fuerte.